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Paloma Fuentes: «Nuestro mejor talento es la salud»

Por febrero 3, 2023julio 12th, 2023BLOG

Lejos de «la tiranía de lo happy», la doctora Paloma Fuentes habla desde la ciencia: «Hay una proporción directa entre la felicidad y la calidad mental». Médica especialista en Medicina del Trabajo y en Psiquiatría Legal y Forense durante más de tres décadas, fue la primera Gerente de Felicidad en una empresa española con un proyecto basado en neurociencia. En 2014 creó Suma Felicidad, una consulta médica dedicada a potenciar la salud por medio de la felicidad. Ha publicado La medicina de la felicidad [Editorial Pinolia] en el que propone el tránsito de la supervivencia a la súpervivencia (con tilde).

Rocío Celis. Periodista y socióloga

¿Qué es para usted la felicidad?
Es energía mental. No porque la felicidad sea energía, sino porque todo lo que somos es energía. Los seres vivos estamos compuestos al cien por cien de energía, a veces en forma de onda y a veces en forma de partícula. Lo que se ve es en forma de partícula. Entonces, la felicidad es una forma de distribuir y emplear esa energía. Es la mente llena de una energía que nos sirve para tener la mejor capacidad, creatividad, talento y, por supuesto, la mejor salud. ¿Sabes una cosa? Nuestro mejor talento es la salud, y tiene que ver con la forma en que somos capaces de llenar nuestra mente de energía-felicidad.

Parece que estemos anclados más en la insatisfacción. ¿Qué datos tiene acerca de la salud mental en el entorno profesional?
Vamos a llamarle malestar emocional. Hay muchas manifestaciones de ese malestar: síndrome de angustia, ansiedad, trastornos depresivos, número de suicidios disparado desde la pandemia… Esto ya existía antes, pero la pandemia de la covid-19 ha sido un factor de agravación de todo eso que ya se venía sintiendo y presintiendo en las empresas, esto es, un aumento del absentismo por bajas que tiene que ver con malestar de tipo emocional -que a veces también se traduce en problemas físicos porque la mente y el cuerpo están absolutamente unidos-, pero que, sobre todo, tiene que ver con no encontrarnos a gusto con nuestra vida, con un vacío existencial.

Mm.
Tenemos un desarrollo tecnológico fantástico, hemos alcanzado niveles económicos, culturales, educativos… como nunca hasta ahora, a pesar de todo vivimos el mejor momento de la historia de la humanidad, y sin embargo, no somos capaces de afrontar las situaciones de nuestro día a día. No hay nada perfecto -todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes-, y este mundo que nos ha traído una comodidad enorme en muchísimos aspectos, nos ha traído a la vez una sensación de vacío existencial. Yo a esto lo llamo «Trastorno por Déficit de Afrontamiento Vital» (TDAV).

¿Y cómo entrever la felicidad? ¿Cómo se puede dejar de ser infeliz?
Es imprescindible que empecemos a formarnos y aprender cómo funciona nuestra mente, porque toda la clave está ahí; todas las claves de nuestros comportamientos, de las decisiones que tomamos, de cómo nos sentimos y de cómo sentirnos mejor. Tenemos que aprender a manejar nuestros pensamientos, nuestras emociones, saber dónde está el locus interno y el locus externo…, y eso se hace nutriendo nuestra mente. Felicidad viene del latín félix, que significa fértil. Felicidad es estar fertilizado, es decir, ser creativos y personas dinámicas porque tenemos esa energía que nos llena y nos lleva a nuestra mejor versión. Tenemos que saber que esa energía se traduce en química y la mejor farmacia la tenemos en nuestra mente. Por eso, necesitamos aprender algunos trucos. Uno de ellos es la respiración, la más eficaz sin duda. Pararnos y hacer una respiración durante sesenta segundos, cinco veces al día, es una medida extraordinaria para nutrir nuestra mente. Y hay otras muchas, por ejemplo, ser agradecido, desear a los demás que tengan un buen día -incluso en silencio-, abrazar, pedir ayuda o caminar por la naturaleza. Nosotros [Suma Felicidad] hacemos un calendario de pequeñas microprácticas para realizar en cada uno de los momentos del día que son absolutamente fertilizadoras de esa energía que es la felicidad.

 

«Una cosa es tener enfermedad y otra cosa es no tener salud»

 

En su libro afirma que «se puede no estar enfermo y, sin embargo, no tener salud». ¿Cómo es esto?
Todos conocemos a personas con enfermedades muy importantes, graves incluso desde el punto de vista vital, y sin embargo sacan la energía más fantástica para llevar adelante sus proyectos dentro de las limitaciones que su estado de enfermedad les puede estar ocasionando. Stephen Hawking, con ELA a lo largo de cincuenta años, sin poder hablar ni moverse, ha estado investigando, divulgando, impartiendo clases… ¿Realmente se puede decir que este hombre estaba enfermo? Una cosa es tener enfermedad y otra cosa es no tener salud. Hay personas que con enfermedad están enormemente sanas porque son capaces de sacar lo mejor de sí mismas, incluso en esa situación, para hacer una vida lo más plena posible -insisto, con sus limitaciones-. Y hay muchas personas con ese vacío existencial del que hablábamos, que no tienen enfermedades físicas o mentales importantes, pero no saben cómo obtener energía ni cómo utilizarla en pro de tener una vida más significativa.

La salud es un estado que se construye constantemente con nuestros genes, con lo que comemos, con el ejercicio físico, con lo que dormimos… Con todo construimos salud. Construimos salud ahora mismo hablando tú y yo. Construimos salud con la forma en que manejamos nuestras emociones, con la forma en la que hablamos a los demás y cómo nos hablamos a nosotros mismos, con las palabras que utilizamos, con el tiempo que nos dedicamos a mirarnos por dentro… Cómo nos comunicamos y cómo nos conectamos a los demás es de lo que más construye salud. Somos píldoras de salud para las demás personas a todos los niveles -familia, pareja, trabajo-.

Pero a veces el entorno no ayuda en esa retroalimentación. ¿De qué manera se protege la propia felicidad cuando el contexto es tóxico?
Aplicando compasión. La compasión es el «EPI» (equipo de protección individual sanitario) de vida más intenso, compacto y práctico que podamos utilizar. Cuando el entorno no es favorable hay que ponerse el «EPI de la compasión», que consiste en entender que ese daño que me está llegando del exterior realmente supone una llamada de auxilio o ayuda de las personas que están intentando, voluntaria o involuntariamente, herirme. Ese «Trastorno por Déficit de Afrontamiento Vital» que comentaba antes nos pasa a todos. Nadie nos ha enseñado cómo solucionar conflictos, a manejarnos cuando tenemos un problema con otra persona o cómo dar la mejor respuesta de nosotros mismos ante una situación que me está provocando malestar. Ante esa falta de herramientas personales, lo primero que hacemos es que vertemos nuestro malestar sobre los demás. Entonces, cuando sabemos cómo funciona nuestra mente, nos tenemos que poner el «EPI compasión», entender que esas personas que me están haciendo daño en realidad están pidiendo ayuda. Esto es terapéutico. Primero, estoy evitando que me llegue el daño, me estoy protegiendo a mí mismo y a la vez, estoy aumentando mi energía-felicidad mental al intentar ayudar a otra persona.

 

«Prestar atención a los demás es la mejor herramienta de liderazgo para detectar problemas de infelicidad»

 

¿A qué tienen que estar atentas las personas que lideran organizaciones para detectar déficits de felicidad en sus equipos?
Lo que tienen que hacer es escuchar a las personas. Muchas veces tenemos problemas de comunicación, pero hay formas de comunicarnos que no solo son palabras. Cuando un líder lo es realmente, está atento a todas las señales que le llegan de su equipo y esa atención es el mayor diamante que tenemos. Poner la atención adecuadamente al servicio de los demás es la mejor herramienta para detectar los posibles problemas de infelicidad, insatisfacción, frustración… E instantáneamente lo primero es preguntar: ¿cómo te ayudo? Pero ojo, los seres humanos no damos lo que no tenemos. Es imposible que yo dé atención de calidad si primero no me la doy a mí, o que dé afecto si primero no lo hago conmigo. Por lo tanto, la primera obligación que tiene un líder es escucharse a sí mismo. Esto no es egoísmo, es inteligencia emocional. Se trata de actuar desde el corazón con presencia, con potencia y con permiso, que significa: primero, que las personas nos importan y les damos la atención que necesitan; segundo, que nos importan por lo que son, no por lo que voy a conseguir a través de ellas; y tercero, que nos importan como son. Esta es una herramienta de liderazgo imprescindible.

¿Qué le recomienda a un profesional infeliz en su trabajo o con su trabajo?
No es lo mismo una cosa que otra. Yo le diría que se sentara un ratito a reflexionar cuál es el motivo de su infelicidad. Normalmente, no le prestamos suficiente atención a esa sensación de malestar -si es tristeza, si es enfado, si es insatisfacción porque lo que estoy haciendo no me llena, si es un problema con alguien que me está influyendo…-. Sin saber cuál es el origen del malestar y qué estoy sintiendo, es imposible ponerle solución. La felicidad empieza por escucharnos a nosotros mismos. Y una vez que me haya escuchado desde el corazón -con presencia, con potencia, con permiso y sobre todo con amor-, sacaré conclusiones. Si es que no me gusta mi trabajo, a lo mejor hay que tomar decisiones y cambiar de trabajo, o hay que aceptar que no me gusta mi trabajo e intentar aprender cada día la forma en que me vaya gustando un poquito más. Hay muchas formas, pero todo el análisis parte de: qué siento y cómo puedo transformar esto que siento que no me está haciendo bien.

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