Paloma Fuentes es Médico especialista en Medicina del Trabajo. Experta en Neurociencia. Dirige el proyecto de Felicidad Estratégica de Mahou-San Miguel. Directora de Suma Felicidad, la primera consulta médica en Europa dedicada a alcanzar y reforzar la salud y el bienestar de las personas a través de la felicidad.
Entrevista realizada por Rocío Celis (Radio El Día)
Se define como “happytóloga”. ¿En qué consiste esta profesión? ¿Cuál es su misión?
(Risas) El nombre es una especie de invento mío. “Happytóloga” quiere decir que entiendo que en la vida lo más importante que se puede hacer es buscar la felicidad, pelear la felicidad. En este momento y desde hace unos años estudio activamente todo lo que tiene relación con la salud y la felicidad. Me he dado cuenta de que hay muchísimos estudios. Cada vez se está avanzando más -tanto en neurociencia como en otros ámbitos de las ciencias biológicas y la medicina- en la existencia de una relación directa entre los estados de bienestar -yo le llamo de felicidad como el punto más alto de bienestar máximo- y los estados de salud física, mental y social. Teniendo en cuenta la definición de la Organización Mundial de la Salud, la salud es un estado de bienestar físico, mental y psicosocial, y yo creo que la felicidad es el concepto que los resume. Por eso, como “happytóloga” trato de buscar activamente cuál es el nexo de unión y cómo se consigue.
Se ha referido a la “felicidad” y al “bienestar”. ¿Cuál es la diferencia entre ambos?
A veces es sutil. Realmente bienestar es un estado de satisfacción, de plenitud. La felicidad sería como un gradito más en esa plenitud y satisfacción. Yo no me atrevería jamás a definir la felicidad de nadie porque el concepto de felicidad y cómo se llega a ella es enormemente personal. Pero cuando hablamos de felicidad creo que todos sabemos de qué estamos hablando porque, aunque cada uno de nosotros tengamos una vivencia distinta de cuáles son los vínculos que nos llevan a la felicidad y los estímulos que nos producen felicidad, lo que está claro es que todos sentimos una sensación parecida. Desde este punto de vista creo que es útil hablar de un sentimiento que nos une a todos. Insisto, bienestar sería satisfacción y plenitud, y la felicidad sería un gradito más en esa satisfacción y en esa plenitud.
¿Y qué se entiende por felicidad en el trabajo?
Nosotros lo entendemos como armonía y equilibrio. Hay una cosa que está muy clara y es que las organizaciones están formadas por conjuntos de personas y todo lo que produzca un incremento en el área de desarrollo personal, una mejora en el desarrollo de las personas que integran esa organización, va a conducir a unos mejores resultados desde todo punto de vista: de eficacia, rendimiento, estímulo del talento, mejora del liderazgo, sostenibilidad de la compañía…, absolutamente de todo. Es decir, desarrollo personal es igual a mejora en todos los ámbitos de la organización y del resto de las áreas de la sociedad. Lo que hay que hacer es trabajar el desarrollo personal con un fin muy claro que es mejorar la salud de las personas. Nuestro proyecto es un proyecto de salud. La felicidad, en este caso, es una herramienta para alcanzar una mejor situación de salud porque el desarrollo personal también conduce a la salud. De alguna manera unimos todos estos conceptos y tenemos como resultado lo que en medicina se llama homeostasis que es aquella situación biológica básica en el que el cuerpo y la mente funcionan a su pleno rendimiento. Desde este punto de vista, felicidad sería el máximo y mejor rendimiento de las personas que están en la organización con un añadido que es el disfrute. Es necesario disfrutar de lo que estás haciendo para tener el máximo grado de desarrollo personal.
Sin embargo, en el trabajo podemos estar sometidos a las urgencias de cada día, a tareas imprevistas o desencuentros con compañeros. ¿Se puede ser feliz a pesar de esta circunstancia?
No solo se puede, se tiene que ser feliz a pesar de esas circunstancias. La felicidad es una búsqueda activa personal, no depende de las circunstancias externas. La felicidad depende solamente de una cosa: nuestra actitud personal ante lo que nos va sucediendo y las dificultades que nos vamos encontrando cada día. Esto no es fácil, nadie dice que sea fácil. No estamos hablando de ‘Los mundos de Yupi’, todo lo contrario. Nos damos cuenta de que la vida tiene obstáculos, barreras, dificultades, pero para eso estamos nosotros que tenemos un cerebro que puede prácticamente con todo. Por eso , nuestro proyecto se basa en el funcionamiento cerebral, en la neurociencia, estimulando aquellas áreas que son, fundamentalmente, áreas para estimular el bienestar y la felicidad de las personas. Entonces, [las personas] no solo pueden ser felices, es que tienen que serlo. Hay un libro absolutamente recomendable de Viktor Frankl titulado ‘El hombre en busca de sentido’, que posiblemente sea uno de los primeros en los que se habla de la actitud de las personas como la máxima libertad que tenemos como seres humanos en un momento dado. Y esa actitud es la que nos conduce por un camino o por otro. Nosotros ponemos nuestra atención -y por lo tanto nuestro sentido del bienestar, nuestro estado emocional- en función de dónde pongamos nuestra actitud. Es muy importante que sepamos que no le podemos dejar a nadie la responsabilidad de nuestra felicidad. Es una actitud personal, una decisión personal. Es una actitud consciente de búsqueda diaria de la felicidad, hasta el punto de que esa actitud consciente -después de trabajarla durante mucho tiempo- llega a un momento que será inconsciente que será el máximo aprendizaje, y será cuando realmente aprendamos a ser felices. Pero en todo caso, todo empieza por una búsqueda consciente de la felicidad como actitud activa de cada uno de nosotros.
Le hemos oído hablar de un modelo de neurofelicidad que está en desarrollo. ¿Qué tiene que ver nuestro cerebro con la felicidad?
Absolutamente todo. Nuestro cerebro es el que rige nuestra vida. Realmente somos seres humanos porque tenemos un cerebro muy especial, el órgano más asombroso y maravilloso de todo el universo conocido hasta este momento, sin ninguna duda. El cerebro tiene dos partes que son el cerebro y la mente. La mente tiene dos productos fundamentalmente: los pensamientos y las emociones. Nuestra felicidad depende de ambos, depende de que haya un equilibrio casi perfecto entre esas emociones y esos pensamientos que estamos generando constantemente. Es verdad que las emociones son involuntarias la mayoría de ellas, pero también es verdad que podemos aprender no solo a controlar las emociones sino también a identificarlas y a utilizarlas bien y a nuestro favor. Es exactamente igual que los pensamientos. Nosotros generamos pensamientos que en el 95% de las veces son inconscientes, tan solo hay un 5% de pensamientos conscientes. Pero es evidente que sabiendo esto, sabiendo la fuerza que tiene el pensamiento en la generación de emociones y de nuestro bienestar, tenemos que ser capaces de ir aumentando la conciencia sobre ese porcentaje de pensamientos que tenemos cada día. Es decir, tenemos que utilizar las herramientas de la naturaleza, las emociones y los pensamientos, a nuestro favor. Y esto es a favor de nuestra salud y de nuestro bienestar. En definitiva, este es el proyecto de neurofelicidad, usar lo que la naturaleza nos ha dado a nuestro favor.
Usted dirige el proyecto de Felicidad Estratégica de la empresa Mahou-San Miguel ¿Cómo se entronca la felicidad en el plan estratégico de una empresa? ¿Cómo lo ha logrado?
Es fundamental. Desde hace muchísimo tiempo en Mahou-San Miguel -desde la prevención y desde todas las áreas de la propia organización- las personas se han colocado en el centro de todos los proyectos estratégicos. La persona es lo más importante, por eso, desde hace muchísimo tiempo se viene invirtiendo recursos económicos y humanos -muchísimos recursos- en mejorar la situación y apostar por la salud de las personas desde todo punto de vista, a través de numerosísimos proyectos que hemos ido desarrollando. Este es un pasito más. Este es un proyecto innovador, hablar de felicidad en prevención de riesgos psicosociales es un paso enormemente creativo, pero se entronca con el resto de acciones preventivas que venimos haciendo. Lo que pasa es que es como una lluvia, como un chirimiri que va empapando el resto de los proyectos. Estamos enormemente ilusionados porque creemos firmemente en que el proyecto va a calar como esa lluvia y va a favorecer el desarrollo de las personas en el ámbito de la consciencia activa y en el ámbito de la actitud activa que realmente son los troncos fundamentales del proyecto de felicidad. Vamos buscando siempre esa armonía y equilibrio que son la base del desarrollo personal óptimo desde todo punto de vista: físico, psicosocial y mental.
¿Por qué les interesa a los líderes de una empresa que sus trabajadores sean felices?
Desde el punto de vista personal porque ellos mismos son personas, y luchan y pelean cada día por su máximo bienestar. Es decir, estamos hablando de personas que en un momento dado pueden ocupar determinados puestos de responsabilidad. Directamente como personas, a nivel individual, el proyecto tiene que interesarles porque eso repercute además en todas las áreas donde ellos tienen influencia. En el área íntima por supuesto, piense que el proyecto es de desarrollo fundamentalmente personal y después eso tiene una incidencia en la gente que trabaja con él, en la familia, en el área social , absolutamente en todos los estamentos con los que nos vinculamos en nuestro día a día. La actitud consciente de las personas es lo que va a favorecer que el talento salga a la luz, que ese talento sea dinámico e innovador, que la gente trabaje a gusto, que disfrute con lo que hace. Y esto no significa que a todo el mundo le encante su trabajo, sino que todo el mundo encuentre motivos diferentes de entusiasmo en su puesto de trabajo. Hay un montón de motivos, no solamente económicos. Al final, una persona estimulada desde el punto de vista del desarrollo personal, que esté a gusto y contenta y disfrute con lo que hace, se vincula mejor al resto del equipo. Los equipos trabajan más estimulados, más positivamente. Hay muchísimos motivos, pero sobre todo uno: la felicidad es una causa fundamental de salud física. Esto se ha evidenciado con muchos estudios y cada día hay más estudios donde se ve que los pensamientos positivos, las actitudes positivas, generan un montón de posibilidades de desarrollo a nivel inmunológico, neurológico, del aparato digestivo, del aparato circulatorio… Hay muchísimas razones, todo son ventajas y no hay ningún inconveniente. Y luego hay una razón que es la energía que nos produce. La energía que produce la felicidad puesta en marcha en el trabajo y fuera de él es absolutamente inigualable, así que no tiene más que ventajas.