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«Tras la COVID-19, las empresas invierten más en felicidad laboral»

Por enero 24, 2022marzo 30th, 2022BLOG

MANU ROMERO
Fundador de Departamentodefelicidad.com. Emprendedor, apasionado de las personas y el marketing

Su fórmula para medir la felicidad de los equipos laborales le ha supuesto más de cinco millones y medio de visitas a su blog. Manu Romero ha creado un algoritmo que permite cuantificar el estado de bienestar en una empresa y lo cuenta en un libro titulado Happy Employee Experience, publicado por la editorial Empresa Activa. Fundador de la consultora Departamento de Felicidad. En esta entrevista Romero se explica con datos: la experiencia de los profesionales felices mejora cuantitativamente los resultados.

Rocío Celis. Periodista y socióloga

¿De qué manera cristaliza esta noción tan escurridiza como la felicidad en el trabajo?
Sí, una palabra tabú que ha costado tanto relacionar con el mundo empresarial. Hablar de felicidad y trabajo parece una odisea, pero a día de hoy es la realidad de muchísimas empresas. Muchas de las startups que triunfan nacen bajo este concepto, no lo fuerzan, surge de forma natural. Quienes las lideran o están llegando a mandos, son aquellos millennials que ahora van teniendo 40 o 45 años y que empiezan a invertir en la felicidad de su gente porque es lo que demandaban como empleados cuando empezaron sus andaduras laborales. En esta revolución el empleado también elige a su empleador y busca sobre todo que la empresa sea capaz de hacerle feliz en su lugar de trabajo y no tener que esperar al fin de semana para hacer lo que le gusta.

¿Qué cree usted que hace feliz a un empleado en su trabajo?Esta es la gran fórmula que todo el mundo busca. Cada persona es un mundo, la felicidad es subjetiva. Lo que te hace feliz a ti seguramente sea muy distinto de lo que me hace feliz a mí -trabajar en tu propio hobby, tener la oportunidad de viajar, poder desarrollar habilidades personales…- El gran error es tratar de encontrar una pócima que funcione en todas las empresas. De hecho, el error que se comete es intentar copiar el modelo de empresas líderes en atracción de talento, como Google o Facebook. Creemos que lo que hacen esas compañías nos puede funcionar a nosotros y lo que tenemos que entender es que cada compañía tiene su propia cultura, sus equipos profesionales, sus nacionalidades… Así que cuando pensamos sobre qué hace feliz a un empleado, detectamos muchos factores.

¿Cómo cuáles?
Nosotros medimos más de 15 en nuestra consultora y tienen que ver con ambiente laboral, flexibilidad horaria, salarios, desarrollo de habilidades, realización personal, liderazgo, formación, reconocimiento, beneficios sociales, estabilidad laboral, oficinas y equipamiento, recursos, salud y bienestar, cultura empresarial, localización… Se convierte en una acción estratégica donde hay que tener muy en cuenta cuáles son los factores más valorados y tratar de buscar un equilibrio que satisfaga, en la medida de lo posible, al grueso de profesionales de la organización.

¿En manos de quién está la posibilidad de crear ese ambiente de felicidad en la empresa?
A veces, por parte de los empleados somos un tanto egoístas porque pensamos que la felicidad en el trabajo nos la tiene que proveer la empresa y es la única responsable, cuando realmente no es así. Es decir, la empresa tiene la capacidad y la oportunidad de crear las mejores condiciones para que seamos felices en el lugar de trabajo, pero al final, la decisión de ser feliz con esas condiciones está en cada trabajador. Y a su vez, lo que cada uno haga, su forma de relacionarse y de trabajar, también impacta en las personas que están alrededor. Con lo cual es muy importante saber valorar lo que la empresa te está poniendo a tu disposición y trabajar para que la felicidad sea responsabilidad de todos. Ahora, si me preguntas por los perfiles profesionales que suelen trabajar para crear esta felicidad dentro de la empresa, destacaría que la gran preocupación viene de las direcciones generales. Es uno de los grandes problemas: hacer feliz a la plantilla de profesionales, que realmente quieran venir a trabajar y que se quieran quedar.

 

“UN EQUIPO FELIZ SIN RESULTADOS NO
VA A NINGUNA PARTE. LO IMPORTANTE
ES QUE GENERE NEGOCIO”

 

¿A qué se dedica un profesional especializado en felicidad dentro de una empresa?

Se dedica a atraer, fidelizar y potenciar el talento teniendo en cuenta los factores que hacen feliz al empleado, identificando los más importantes y cuáles hay que mejorar. Tiene que desarrollar iniciativas midiendo, viendo resultados, tratando de conectar esta felicidad del empleado con negocio. Lo importante es que genere negocio, que tengamos un equipo feliz sin resultados no va a ninguna parte.

¿Cómo mide usted la felicidad laboral?

Utilizando la clásica encuesta personalizando las preguntas, usando herramientas digitales que permiten seguimientos diarios, hablando con las personas una a una o en grupo… Hay muchos mecanismos para hacerlo. Una vez tenemos esto medido el gran paso es cómo analizas la información, cómo detectas fortalezas y puntos de mejora y luego, en consecuencia, desarrollar iniciativas y asociarles indicadores que nos permitan ver si estamos logrando objetivos.

¿Qué estropea el bienestar de los equipos profesionales?

Se me ocurren varias cosas. Como decíamos antes, tratar de copiar a grandes compañías por ejemplo, poniendo fruta, un futbolín o frases motivacionales en la oficina. Si haces esto, pero no estás cuidando el resto de cosas (liderazgo, cultura, formación, realización personal, reconocimiento, ambiente laboral…), estás cometiendo un gran error. Y hay algo que siempre destaco: muchos profesionales no abandonan a sus empresas, abandonan a los jefes. Por eso, tener buenos managers que tengan esa capacidad de cuidar del empleado es cada vez más y más importante.

¿Y cuánto puede durar el estado de felicidad en el trabajo?

Depende. Hay felicidades que son efímeras, por ejemplo, un aumento salarial. Hay mucha gente que considera que lo que te da la felicidad en la empresa es tener un gran salario. Sin embargo, está demostrado que a partir de cierto rango salarial (salario mínimo viable), cobrar más o menos no te hace más feliz. Esa felicidad puede durar unos días, pero luego los problemas estructurales de base siguen estando -no estoy a gusto, mi manager me hace la vida imposible, no me forman, no puedo crecer en esta compañía…- Entonces, ¿cuánto dura la felicidad laboral? Depende muchísimo. Nosotros hemos tenido que reformular la estrategia de felicidad de un cliente porque después de tres años, muchos profesionales millennials empiezan a ser papás y mamás, y sus prioridades comienzan a ser otras. Es decir, este proyecto siempre tiene que estar vivo, viendo los cambios de tendencias y demandas. La COVID-19, por ejemplo, ha hecho que en estos 2 años la salud se haya convertido en un factor prioritario.

 

“NO TENER EN CUENTA LA FELICIDAD
PUEDE CONVERTIRSE
EN UNA DESVENTAJA
COMPETITIVA»

 

Habrá líderes que se estén preguntando qué gana una empresa invirtiendo en felicidad…

Es la gran pregunta. Investigaciones de las mejores universidades del mundo realizadas sobre empresas con éxito demuestran que determinadas características mejoran. Por un lado, estaría lo que se ahorra la empresa y por otro, lo que llega a ganar. Te nombro algunas. Las bajas laborales se reducen hasta un 66% o el absentismo hasta un 50%. En el sector industrial se pueden reducir los productos defectuosos hasta un 41% ¿Qué se gana? El compromiso aumenta al doble, la creatividad aumenta un 86%, la productividad un 43% con lo que las ventas aumentan hasta un 20% y un 10% más de calificaciones de clientes.

¿Este planteamiento es válido para cualquier empresa?

Cuando empezamos con nuestra consultora pensamos que nuestra tipología de cliente incluiría únicamente grandes empresas, tecnológicas… Y nos dimos cuenta de algo muy importante que no va tanto con el tamaño de la empresa o el sector, sino con la persona que lidera y la cultura que tenga esa compañía. Hemos trabajado con empresas pequeñas de 8 trabajadores y con empresas grandes de más de 3.000 colaboradores. Varía muchísimo, no hay una pauta concreta.

Según su experiencia, ¿qué acogida tiene en el mundo empresarial este concepto de felicidad laboral?

Yo he vivido la gran evolución. Cuando empecé a hablar de estos temas, hace 7 años, era considerado prácticamente un loco. Entonces se decía “a la empresa se viene a trabajar, ya pagamos, ¿para qué tenemos que hacer feliz al empleado…?” Entonces empezamos con el blog felicidadeneltrabajo.es y se empezó a disparar año a año. En los últimos tiempos ha crecido muchísimo y empieza a hablarse de esto con normalidad, no como una excepción. Antes podía ser una ventaja competitiva y ahora, si no lo tienes en cuenta, puede convertirse en una desventaja competitiva. Así que las empresas empiezan a preocuparse cada vez más. Tras la COVID-19 es una de las grandes demandas de los empleados, y las empresas empiezan a invertir en felicidad, bienestar y salud de sus profesionales.

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