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“Te sientas como te sientas, pienses lo que pienses, haz lo que debes”

Por noviembre 15, 2016febrero 9th, 2021BLOG

Alfonso Alcántara es un reconocido asesor de empresas. Afirma que su misión es ayudar a profesionales y emprendedores a ser más productivos y a encontrar nuevas oportunidades. Es autor de un blog llamado yoriento.com y de un libro titulado #SuperProfesional, dirigido a personas que “toman su vida profesional como algo personal, que trabajan para vivir bien y no solo viven para trabajar”. En 2017 publicará #SuperDirectivo.

Rocío Celis, Radio El Día

El objetivo que marca en su libro es llegar a ser un “superprofesional” aprovechando los talentos personales. ¿Quién es un superprofesional?

Una persona superprofesional define objetivos concretos y lucha hasta que los consigue. Es tan sencillo como parece y tan difícil como parece.

¿Y por qué dice que es mejor un objetivo malo que ninguno?

Las personas que tienen relevancia profesional son aquellas que están especializadas. Las redes sociales nos muestran a las personas que les va bien, que tienen éxito en su trayectoria profesional. Esto es algo que hace quince años no podíamos saber, no podíamos saber a qué perfiles les iba bien y qué hacían. Ahora, las personas que están más especializadas son las que tienen más éxito y éstas no son las más inteligentes, son las que definen objetivos y las que perseveran hasta que los consiguen.

Si los objetivos son tan importantes, ¿por qué cuesta tanto plantearse objetivos?

Bueno, eso es como darse órdenes a sí mismo y no nos gusta que nos den órdenes, ni siquiera nosotros mismos. Plantearse objetivos, retos o especializarse, supone responsabilidades, hábitos, planificar…, y es más fácil esperar a que las cosas pasen que plantearse programas que a veces nos cuentan mucho trabajo y mucha inversión.

“Las personas que tendrán más posibilidades profesionales serán las más especializadas y las que tengan mucho talento”

¿Qué se nos pide a los profesionales en estos tiempos de cambio?

El mercado de trabajo está muy polarizado, es muy dual desde hace algunas décadas. La robotización va a cambiarlo todo todavía más. Hay dos tipos de personas: las que tienen mucho talento que pueden aprender, adaptarse y son polivalentes, y las que están muy especializadas que no necesariamente están muy cualificadas. Imagínate un profesional de la mensajería. Es una persona que no requiere una cualificación muy alta y sin embargo, está muy especializada, conoce un barrio, un procedimiento, una logística… Por tanto, las personas que van a tener más posibilidades profesionales son, por un lado, los que están muy especializados aunque no estén muy cualificados y por otro, los que tienen mucho talento, generalmente tecnológico. Los profesionales que están en el medio estarán como perdidos.

¿Qué diría usted que hay que cuidar más, la autoestima o la metodología? ¿Cómo nos sentimos o cómo hacemos las cosas?

El problema es que todos queremos sentirnos bien, poderosos, profesionales, pero los sentimientos no dependen de nosotros. Uno no puede levantarse por la mañana y decir “hoy me voy a sentir bien”. Lo que sí depende de nosotros es hacer cosas que nos hagan sentir mejor. Si yo quiero mejorar mi autoestima y sentirme un profesional más valioso lo que tengo que hacer es relacionarme con profesionales valiosos, aprender competencias que piden las empresas o los compañeros, y eso va a aumentar mi autoestima. 

Habla de competencias. El primero de los «superpoderes” de un superprofesional que recoge en su libro es la “superhaztitud” y explica que es el que incluye competencias más importantes. ¿Cuál es la mejor actitud?

Relacionado con lo que decíamos antes. Te sientas como te sientas, pienses lo que pienses, haz lo que debes, lo que tienes previsto. Esto sería la “haztitud”. La “haztitud” consiste en definir que la mejor actitud es hacer cosas, no es pensar cosas. ¿Sabes lo que pasa? Que a la mayoría de la gente nos gusta pensar que podemos cambiar la vida pensándola o planificando cosas, pero la vida se cambia haciendo. Eso para mí es la “haztitud”. Una persona que se levanta una mañana y piensa en hacer muchas cosas pero no hace ninguna, no ha cambiado. Sin embargo, una persona que no piensa nada y al levantarse por la mañana hace varias cosas, va a mejorar y evolucionar mucho más. Cambiar nos pasa a todos y nos pasa continuamente, pero mejorar es una decisión que se basa en hacer cosas.

Usted dice que no hay vidas profesionales mejores o peores si se intenta dar lo mejor. Sin embargo, alguien podría decir que su vida profesional no es buena a pesar de entregarse a la tarea con lo mejor que tiene, ¿no le parece?

Claro, porque la dedicación, la implicación no es suficiente. Eso que nos dicen: “si quieres, puedes”, pues a veces simplemente es que no puedes. Hay que plantearse retos o tareas que sean alcanzables. ¿Cómo superar eso? ¿Cómo saber cuándo me estoy implicando y esforzando mucho pero no es suficiente? Tenemos que ser sinceros con nosotros mismos. Ver si dan frutos nuestros esfuerzos y los pasos que damos. Y sobre todo -un truco importante- ver qué están haciendo los profesionales a los que nos queremos parecer, y ver si estamos dispuestos y tenemos la capacidad para hacer lo que ellos hacen. No es suficiente querer, ni implicarse y dar todo lo que podemos, sino que tenemos que ver qué hacen las personas que están consiguiendo lo que nosotros queremos.

Ser uno mismo también es cambiar y mejorar”

¿Cómo se puede aprender de otro siguiendo su ejemplo y seguir siendo uno mismo?

Tú a lo mejor has leído algo que suelo decir: “te puedo recomendar ser tú mismo, a menos que seas gilipollas, a menos que seas una persona que no consigue lo que se propone”. Todos queremos ser nosotros mismos, pero tenemos que mirarnos a un espejo y pensar: ser yo mismo, hacer lo que vengo haciendo, dedicarme a lo que me estoy dedicando hasta ahora, ¿me está yendo bien? Esta es la pregunta. Ser uno mismo está bien, no hay que poner en compromiso nuestros valores o nuestras creencias más personales o importantes. Pero ser uno mismo también es decidir cambiar y mejorar. Así que -con un poquito de humor- sé tú mismo, a menos que te vaya fatal y entonces, en ese caso, es mejor cambiar.

¿De qué se aprende más, del éxito o del fracaso?

Del fracaso aprendemos a saber que la vida es dura, pero es el éxito el que nos muestra el camino. Del fracaso es muy difícil aprender porque muchas veces no sabemos siquiera qué ha pasado o dónde está la base del error o el problema. Sin embargo, los éxitos nos indican cuál es el método que tenemos que seguir. Si te va mal o tienes una mala racha, un verdadero dato, un dato muy importante, te lo va a dar el día que te va bien. Si llevas muchos días mal, pero un día te va fenomenal, ese día ha pasado algo que no ha pasado en los otros. Pues ese día tienes que analizarlo bien y ver qué es lo que ha hecho que tu vida haya mejorado, para aplicarlo al resto de los días.

Hoy día la reputación profesional, las posibilidades de trabajo, van más allá de la vida convencional. ¿Hay que estar guste o no guste en el mundo digital?

El mundo digital al final son personas. Las redes sociales son clientes, empleadores, amigos, posibles parejas… Tener presencia online no es obligatorio, pero es verdad que te facilita muchas más cosas. No estar en las redes sociales dificulta que te encuentren. Por supuesto que se puede vivir y trabajar sin tener presencia en Internet, pero tienes que ser consciente entonces de que otras personas que sí tienen esa presencia van a competir mejor que tú, tendrán más y mejores contactos, y por tanto van a tener más oportunidades. Todo el mundo tiene que decidir estar o no estar y a qué ritmo y con qué intensidad, y saber qué consecuencias tiene cada decisión.

Afirma que las personas emprendedoras no son necesariamente las más arriesgadas sino las que gestionan mejor los riesgos. ¿Cualquier otro mensaje relacionado con: “todos podemos emprender” le parece una temeridad?

Creo que emprender es muy difícil. Emprender en el sentido de montar una empresa y asumir riesgos financieros importantes es muy difícil. Sin embargo, todos podemos autoemplearnos. Es decir, generar nuestro propio empleo y nuestros propios ingresos vendiendo lo que sabemos hacer, vendiendo nuestras competencias o nuestros servicios es relativamente más fácil. Es más, es compatible trabajar por cuenta ajena, intentar buscar trabajo, con intentar desarrollar una vida profesional que te permita tener ingresos autónomos. Por eso digo que el riesgo no es tan importante – uno sabe lo que puede arriesgar económica y personalmente-. Es mucho más importante la capacidad de vender. La mayoría de los emprendedores que tienen éxito no necesariamente son los que tenían más recursos, sino los que se han puesto a vender y han tenido una idea que han plasmado en algo que rápidamente pueden intentar hacer que les compren.

¿Está trabajando en un nuevo libro?

Sí, después de #SuperProfesional ¿ahora qué personas tocaban? Los “superdirectivos”. Está enfocado a quienes tienen responsabilidad dentro de la empresa, bien como gestores, mandos intermedios o superjefazos. Trato los contenidos con el mismo humor que el anterior.

Un adelanto…

Por ejemplo, suelo decir que un directivo siempre quiere el cambio, pero el de los demás, nunca el suyo. Muchas veces, muchos directivos recomiendan a sus empleados salir de su zona de confort pero claro, lo hacen desde su propia zona de confort porque es más fácil predicar que dar trigo.

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